Bueno chicos, tenía previsto publicar una entrada sin desperdicio diferente a esta. Pero las circunstancias me obligan a tratar este nuevo asunto con cierta urgencia. Y es que, después de 5 partidos, la "Manolada" ha encontrado su aplicación en el pádel. Y, como es de esperar, con ella ha llegado un gran bombardeo de opiniones adversas.
Como algunos ya sabeís, soy una persona abierta con ganas de innovar, probar y descubrir cosas diferentes, distintas. Eso suena muy bien. Pero os puedo asegurar que llevarlo a la práctica no es nada fácil. No es fácil porque supone enfrentarte a la mayoría, al pensamiento común, a lo que se lleva haciendo desde hace años o siglos. Incluso, por desgracia, lleva a que tus propios amigos te consideren un "bicho raro" y un "camoto" llegando, en algunos momentos, hasta la burla dañina. Si de algo estoy convencido, es que el sistema en el que vivimos invita a la mediocreidad, al conformismo, a lo común, a pisar por el camino fácil por el que todo el mundo ya ha pasado. Es casi imposible, tan sólo, intentar "experimentar" algo distinto, sólo por saber qué tal funciona.
Pues bien, dicho esto, paso al meollo de la cuestión. Voy a explicar en que consiste la...
Teoría "Manolada" aplicada al pádel.
Como casi todo el mundo sabe, una teoría es algo experimental que todavía no se ha probado cabalmente y, por tanto, no se puede saber su grado de certeza. Por eso, humilde y modestamente reconozco que la "Manolada" aplicada en el pádel es, de momento, sólo una teoría.

Y atención a la avalancha de objecciones. Que si "jugando así no voy a ser bueno nunca". Es para partirse. Llevo 5 partidos de pádel en mi vida. Nunca he jugado al tenis ni me he especializado en ningún otro deporte de raqueta. ¿Y queremos que ya sea bueno? Es interesante notar lo rápidos que son algunos en concluir que cuando no consigues el resultado deseado, directamente es culpa del método. Sin embargo, cualquier entrenador, del deporte que sea, sabe que el factor determinante para ser todo un campeón es la práctica, el ejercicio y el entrenamiento tenaz y diario. Así que, con 5 partidos de pádel soy igual de malo con la izquierda que con la derecha.
Otro super-razonamiento: "ningún tenista profesional que se conozca, juega con las dos manos". Alguno se reíra, pero mientras me explican ejemplos de tenistas que han triunfado jugando con una sola mano, en mi mente estoy pensando: "Menudo panorama, siglos enteros de raqueta y nadie se ha atrevido a intentar jugar con las dos manos". Y es que, a mí, cuanto menos personas se hayan atrevido a intentar lo absurdo, más peso recae sobre mi idea de: "Manu, esta es la tuya".
Ahora bien, pongamos por caso que yo esté equivocado. ¿Qué tengo que perder? No creo que nadie diga: "¡Pobrecito, iba camino de convertirse en número 1 mundial y lo echó todo a perder por no jugar con una sola mano!" Señores, seamos realistas. Ninguno de nosotros va a convertirse en profesional, ni vamos a jugar ningún Master. Jugamos para divertirnos, ¿no? ¿Tanto pedir es que me dejeís probar algo diferente mientras me divierto? ¡Cuando dejaremos de ser tan trogloditas! Sin embargo, aunque no tengo nada que perder, si tengo mucho que ganar. ¿Habéis imaginado que pasaría si al final compruebo que la técnica funciona y que se consiguen excelentes resultados? ¿Yo de entrenador de Nadal?
El motivo de darle con la izquierda es que mi revés con la derecha es espantoso y, aunque reconozco que se podría arreglar, en principio, mi manera natural de manejar la situación es golpeando con la izquierda. Ahora bien, la pregunta del millón es: ¿Se pierde más tiempo al cambiar de mano que al darle con el revés?
Bueno, aparentemente sí. Pero en teoría yo entiendo que no. Normalmente uno espera la pelota con los brazos semiabiertos formando un ángulo de 90º, no abiertos totalmente formandolo de 180º. Cuando toca cambiar de mano, la mano derecha debe desplazarse hacia la izquierda para encontrarse con la mano izquierda. Esto se haría justo enfrente del tronco. Es un recorrido de 45º ya que al mismo tiempo la mano izquierda ha ido hacia el centro para encontrarse con la derecha. Es decir, 45 + 45 = 90. En realidad, las manos han recorrido 90º entre las dos para encontrarse en un punto en común pero tardando sólo lo que una de ellas necesita para recorrer 45º ya que las dos han reaccionado al mismo tiempo. ¿O acaso pensabais que iba a mover una, pararla y luego mover la otra? Bueno, pues ese mismo recorrido habría que hacerlo para darle con el revés. Así que, hasta ahora no hemos perdido nada de tiempo. El resto del recorrido suponemos que en un golpe normal sería de 90º hacia la izquierda, pero eso es lo de menos porque independientemente de la mano que se use, es el mismo recorrido y, por tanto, el mismo tiempo. Y como el encuentro entre las dos manos ya lo hemos producido justo en el centro, ¿dónde está la pérdida de tiempo?
Yo creo que hecho de que nadie juegue así tiene una lógica respuesta: no es tan fácil encontrar a gente que sea ambidiestra. Y si los ha habido, seguro que antes de convertirse en profesionales les obligaron a hacer lo que yo no quiero, dejar de jugar con las dos manos.
Echad un vistazo a este video. Creo que ya no voy a ser el primero. ¡Jolines!